Aparentemente, el dueño de Apostala, murió por su propia imprudencia, pues se pudo notar que circulaba a gran velocidad cerca del Lago de la República. Al principio, la Policía y los allegados a la víctima dijeron que el percance fue por culpa de un motociclista. Sin embargo, una filmación demuestra que no hubo ningún biciclo involucrado.
En un video que se publicó en las redes sociales muestra cómo fue el violento accidente de tránsito, captado por el circuito cerrado de una vivienda ubicada frente al sitio del percance. En la filmación no se observa la participación de algún motociclista en el accidente. Algunas personas que estuvieron presentes tras el violento accidente, manifestaron que últimamente los conductores que sufren algún percance, sencillamente dicen que un motociclista se les atravesó y que por eso perdieron el control de su vehículo.
Durante el siniestro ocurrido en la madrugada de ayer, domingo, resultó gravemente herido el joven empresario del sector de juegos de azar, el peruano Giancarlo André Espínoza Vega, quien hoy debería cumplir 30 años de edad. Tras agonizar durante 7 horas, no resistió y murió en un sanatorio privado de Ciudad del Este.
El percance fue sobre la avenida Mariscal Estigarribia casi 12 de junio, en inmediaciones del Lago de la República de Ciudad del Este, a las 4:00 aproximadamente de la víspera.
Según reporte inicial de la Policía Nacional, Espinoza Vega, al mando de su camioneta Kia Sorento, de color bordo, chapa CEA 221, embistió contra un árbol tras esquivar una motocicleta que circulaba sin luz. El empresario se desplazaba a alta velocidad y al visualizar al motociclista adentrarse hacia su carril realizó una maniobra brusca. En ese momento, el automovilista perdió el control de su rodado.
Los bomberos voluntarios de Ciudad del Este con arduo trabajo rescataron a Espinoza Vega con vida entre los hierros retorcidos de la camioneta para trasladarlo hasta el hospital de la Fundación Tesãi. De allí el empresario fue nuevamente derivado al sanatorio Internacional y estuvo por unas seis horas bajo cuidados intensivos hasta que se produjo su deceso.
Los uniformados de la comisaría 1ª entregaron lo que quedó de la camioneta al padre de la víctima, Gregorio Espínoza Herrera. El ahora difunto era accionista y fundador de la empresa de apuestas deportivas “Apostala” que últimamente se convirtió en uno de los juegos de azar más disputado en la zona. El empresario deja una viuda y dos hijos.